Por: Ricardo M. Pilón A.
Códice Magliabechiano |
TLAPOPOCHUILIZTLI, es la palabra con la que se refiere a la "sahumación". En la vida cotidiana del mexica la sahumación tenía un fin exclusivo en los templos, y como su nombre lo indica su propósito era "perfumar" el recinto sagrado antes o despues de una ofrenda. Tambien era costumbre del mexica sahumar antes de hablar y cantar en festividades públicas o privadas de gran importancia, y como bien referimos el acto de "perfumar" tenía el único fin de hacer "agradable" el recinto ante la fluides de la palabra poética o el canto... La costumbre de "sahumar" era un oficio y obligación de toda la comunidad: el niño (entre 4 a 5 años) era instruido por los padres para ejecer tal oficio diario; tanto niñas como niños tenian que despertarse en la madrugada para ofrendar tanto en sus casas como en los templos, y esta costumbre no cesaba a lo largo de su vida, desde que entraba al Tepochcalli o al Calmecac, sea que se dedicadara a la vida ordinaria o a la vida religiosa, sea macehual o gran señor, era obligación y costumbre del mexica el acto de sahumar. Sea mujer u hombre, la sahumación por su finalidad no tenía y no tiene un "oficiante" exclusivo. Es de suponerse que el que se dedicaba a la vida religiosa el acto de sahumar tuviera alguna especialidad en lo que respecta a la deidad y templo al cual estaba entregado, lo cual tiene sentido asumir que en determinadas fechas del año su actuación era exclusiva... Pero independientemente de esto, en el seno familiar era una costumbre diaria. (Para saber sobre esta información revisar las crónicas y los códices existentes).
Siendo, entonces, el acto de sahumación o Tlapopochuiliztli de tal naturaleza ¿por qué razón en la actualidad ha adquirido un sentido "supersticioso", "exclusivo" y "charlatan" ante la gente que propiamente ignora tal propósito antiguo? Ciertamente la sahumación carece de todo misterio ante el hecho de que su finalidad, que es la del perfumar, es tan evidente como para suponer aspectos que no obedecen a la costumbre del antiguo mexicano. Sabemos que el mexica era "supersiticioso" ante las manifestaciones fenoménicas atribuidas a los "dioses" o "fuerzas creadoras", sin embargo ante tales "maldiciones" o "desgracias" la pena o castigo debía enmendarse con el pago o la ofrenda, y en su caso extremo con el sacrifico en general. Esta parte esta bien decumentada en las cronicas, de ahi la importancia del estudio y el trabajo investigativo. Lo cual resulta "ridiculo" y "absurdo" observar como los actuales sahumadores hacen pantomima ante la farsa de que en tal acción expulsara las "fuerzas demoniacas o maliganas" y curarlas de sus males. Desde una perspectiva más concreta de esta "farsa" estos sahumadores son algo así como "exorcistas públicos" cuya tradición oral, de dudosa procedencia, es dificil constatar y demostrar... Tan solo en cuestiones médicas no esta demostrado que el acto de sahumar sea conciderado una tecnica o un procedimiento curativo como si lo son la herbolaria, el temazcal (del cual quieren hacer relación), etc. Antes bien desde el punto de vista religioso mexica es una herejía y una blasfemia: pues si concideramos que tal costumbre esta consagrada a los recintos sagrados de los "dioses" o "fuerzas creadoras" y en raras ocaciones a los guerreros victorioso (ver Crónica Mexicana), ello supone que una persona ordinaria al ser sahumada esta asumiendo un papel de semejante dignidad sagrada.
En términos del vulgo la sahumación ha adquirido el termino de "limpia", es decir, el metodo de quitar con el humo los males del físico y el espíritu. Pero como bien dijimos arriba Tlapopochuiliztli significa "perfumar" cuyo sinónimo es "agradar", "ser agradable". En el idioma náhuatl existe un termino para designar "limpiar", Tlapopoaliztli, lo cual puede llevar a la confusión ante la casi semejanza de ambas palabras. Pero dudamos que tal referente actual sea por causa de la confusión del idioma y más aun dudamos que esto lo sepa el sahumador de oficio. Ante esta perspectiva, vale pues señalar las verdades y mentiras en torno a la "sahumación":
(1) En la tradición mexica esta demostrado que era una actividad "ordinaria" de toda la comunidad (hombres y mujeres, niños y ancianos).
(2) No tenía exclusividad de oficio a menos que perteneciera a la clase sacerdotal cuya prepración y designio le era atribuido por el Calmecac. Los sacerdotes tenían una especialidad en lo que respecta a la deidad y templo al cual ha de servir tras finalizar sus estudios en el Calmecac.
(3) Sirve para "perfumar" el recinto sagrado, las imagenes y en casos muy especiales a los hombres cuya dignidad era la de un gran guerrero. También se le usaba con fines de apertura en el habla poética o retórica como en el canto...
(4) No posee ninguna implicación curativa y tecnicamente carace de alguna propiedad medica.
En el aspecto Cultural los sahumadores han tenido gran influencia ante la psique de la gente actualmente, de lo cual, en algunos, hay conocimientos empiricos y practicos de la herbolaria y minerales que no deben ser subestimadas. Sin embargo, la seducción por hacer de esto un negocio "lucrativo" rompe con la poca virtud que le queda para convertirla en una abominación mercantil y de farsa. El sincretismo a desviado el fundamento de la misión del "acto de sahumar" jugando vilmente con la espiritualidad de la gente. Lo cual se deduce facilmente que los que ofician tal actividad "ignoran" por completo la autentica finalidad del Tlapopochuiliztli. Porque ¿a quién sino a la ignoracia se le puede señalar la causa de las mentiras entorno a la cultura prehispánica? La ignorancia es hija de la superstición y esta es hija de la creencia. Esta última al cual en este contexto refiere a los "dioses" o "dios", no es sino un modo de asumir lo que nos rebasa por su inmensida y que nuestra mente no puede más que preguntarse, pero nunca responderse... La religión mexica, ha este respecto tenia muy claro su culto o sus cultos: disciplina, virtud y colectividad. ¿Acaso lo poseen nuestros actuales sahumadores del cual solo es vil negocio?
Honenstamente conviene a la gente saber que la información de la cultura prehispánica no debe ser adquirida por los comerciantes de artesanias y sahumadores, por razón misma de que se desconoce la procedencia de la información y más aun cuando es de caracter oral. Vale pues conciderar una cosa importante: que los artesanos de nuestro tiempo tienen que "recrear" la imagen de las distintas culturas prehispánicas, si este es su propósito, con conocimiento de información de la cual en nuestro tiempo es factible; que los sahumadores deben asumir el papel de ayudar espiritualmente a la gente demostrando virtud, disciplina y colectividad, pero sobre todo conocimiento para no engañar a la gente; que los sabios y aplicadores de la herbolaria y piedras curativas hagan un bien a la comunidad en lo que respecta a la salud. Lo que se está escribiendo aquí no es con el propósito de desprestigiar a nadie en general o particular, sino ante la imagen de los que se asumen "herederos" de la cultura prehispánica cuyos vicios y sincretismos abominables repugnan a los ojos de la sociedad. Ciertamente la busqueda de nuestra identidad debe conciderar primeramente el pleno conocimento de nuestras culturas antiguas antes de hacer critica a toda problematica especifica o general de nuestra historia. El caso del Tlapopochuiliztli, cuyo estudio documental estamos realizando, sugiere un aspecto importante de la vida ordinaria del mexica, que se resume en: disciplina y obligación. Aun pese a todas las pestes y maldiciones de los frailes españoles, sin embargo admitieron que la vida religiosa del mexica era única y con tal entrega para envidia de su corrupta religion que era el cristianismo. En esto hay una batalla histórica no con una nación responsable de nuestra perdida cultural, sino de una ideología que ha condenado a todas las creencias asumiendose descaradamente la dignidad de autentica religión y que ha manipulado vilmente la espiritualidad humana a lo largo de la historia: el cristianismo.
R.M.P.A 2010
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