Nuestra identidad aun no está perdida y con poderoso impetu emergen de la tierra los vestigios de su existencia... Es verdad que fuimos derrotados por gentes extranjeras que solo tenian en mente encontrar riquezas; pero su deseo fue vano y ahora nostros, la generación del quinto sol, venimos sin temor y con sed de justicia a exigir nuestra identidad perdida... Hombres de Anáhuac nada hemos perdido mientras sigamos con vida y pasemos de generación en generación la sabiduría de nuestros ancestros...
¡Mexicauiximocaquican!...
Ya el último Señor de Tenochtitlan, Cuauhtémoc, enconmendo secretamente las siguientes palabras a las generaciones venideras:
Totonal yoixpolih,
iuan zentlaycuayan,
o tech kateh,
mach tikmatih man okzepa ualla,
man ica okzepa kikazin,
iuan yankuiotika tech tlauilikin.
Mach inoka ompa kah Miktlan maniz
manzanuoliui tozontlalikan, totechtechokan,
iuan tozolnepantla, titlatikan,
nochi intlen toyolkitlazohtla,
ki ueyi tlatkiomati.
Man tikin pohpolokan toteokalhuan,
tokalmekahuan, totlachkohuan,
totelpochkahuan, tokuikakalhuan.
Man Mozelkahuakan tohumeh,
iuan man tochanhuan
kin ihkuak kizouaz toyankuiktonal.
In tahtzintzin iuan nantzintzin,
man aik kilhusukam itelpochhuan,
iuan matechnazkeh mo pipilhuan inoka nomiskeh,
uel kenin yoko,
kin axhan totlazoh Anauak,
in tlanekiliz iuan tlapeluilis totechuan,
iuan zan ye mopampa tokenmsuilliz iuen tokem pololiz,
okizelikeh totiachkatzitsihuan,
iuan tlen totahtzitzin auik yolehkayopan,
oki xi nachtckateh toyelizpan.
Axkan tehuan tikin tekimakah in topilhuan
ka totlakuiloliz uan to tlamatiliz ma pixkiah
pampa nemiloliztli in tlazohtlanantzin Anahuak,
ze tonalli yezkeh...(*)sic
"Nuestro Sol se ha ocultado,
nuestro Sol se escondido,
y nos ha dejado
en la más completa oscuridad...
Sabemos que volverá a salir
para alumbrarnos de nuevo.
Pero mientras permanezca
allá en el Mictlán
debemos unirnos,
ocultando en nuestros corazónes
todo lo que amamos.
Destruyamos nuestros Teokaltin
nuestros Kalmekameh
nuestros Tlachkohuan
nuestros Telpochkaltin
nuestros kuikakaltin
y dejamos las calles desiertas
para encerrarnos en nuestros hogares.
De hoy en adelante ellos,
nuestros hogares,
serán nuestros Teokaltin,
nuestros Kalmekameh,
nuestros Tlachkohuan
y nuestros Kuikakaltin;
de hoy en adelante
y hasta que salga el Nuevo Sol,
los padres y madres
serán los maestros y los guías
que lleven de la mano a sus hijos
mientras vivan;
que los padres y las madres no olviden
decir a sus hijos
lo que ha sido hasta hoy Anahuac
al amparo de nuestros dioses
y como resultado de las costumbres
y de la educación
que nuestros mayores
inculcarón en nuestros padres
y que con tanto empeño
éstos inculcarón en nostros.
Que tampoco olviden
decir a sus hijos
que guarden nuestra escritura
y nuestra sabuduría,
que un día serán gloria
de nuestra amada madre Anahuac"(*)
(CONSIGNA SECRETA DE CUAUHTÉMOC. 12 de Agosto de 1521)
(*) Tomado del libro La Guerra de los Dioses de Federico Schroeder Inclán. Edt. Departamento del D.F. - Comisión Federal de Electricidad, México, 1992.
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