"Konex Konex..." (canción de cuna maya)
Versión instrumental
GRUPO YOLLOCUICANIMEH.
Grabación y mezcla- Ricardo M. Pilón A.
Grupo Filofonía Editión 2010, Azcapotzalco D.R.
"Konex Konex..." (canción de cuna maya)
Versión instrumental
GRUPO YOLLOCUICANIMEH.
Grabación y mezcla- Ricardo M. Pilón A.
Grupo Filofonía Editión 2010, Azcapotzalco D.R.
Mientras los cautivos estaban ataviados con el color de la muerte (blanco): “Los cautivos llevaban el cuerpo teñido de blanco, y el maxtle con que iban ceñidos era de papel…”[7].
Este ritual de tlamictiliztli al fuego tuvo su origen en los Tepanecas (Azcapotzalco, Coyoacan, etc.), según una fuente del siglo XVI:
“Salieron los de Tlacopan, Coyohuacan y Azcapotzalco, a los cuales llamaban tepanecas y estos otros pueblos traían por dios a Ocotecutli –Señor del ocote-, que es el fuego, y por eso tenían costumbre de echar en el fuego, para sacrificar, a todos los que tomaban en guerra”[8]. No es de extrañar que el “fuego” sea para los pueblos de la Antigua Anahuac un elemento al cual venerar y por tanto la representación más antigua en estas tierras. Para Azcapotzalco prehispánico su veneración era en cierto sentido un símbolo al cual le debía su progreso como civilización: tierra rica en cultivos y mercado, artesanos herederos de los toltecas y muy apreciados en el arte de la cantería y cerámica. Maestros de la guerra y las relaciones exteriores, tenían al fuego en una muy alta estima y lo comprendían tanto en su sentido práctico como simbólico. Es posible que la costumbre de arrojar al fuego comida y bebida, a modo de agradecimiento, sea de origen tepaneca y que los tenochcas lo adoptaron dentro de sus costumbres… Por eso debemos comprender que el tlamictiliztli de cautivos en el fuego implicaba ofrendar y alimentar a la representación del fuego con lo más preciado que era la vida humana; en este sentido se agradecía por la abundancia agrícola y artesanal, pero sobre todo para asegurar la cosecha y producción del año venidero.
Lo cual se debe comprender el Huehueteotl –Ocotecutli para Azcapotzalco- como el símbolo que “crea” o “construye” el lazo social, que los “unifica”… Por lo tanto, a nivel cultural, el fuego posee un aspecto de identidad que simbólicamente significa el “poder” de la creación o destrucción, de la alianza o la guerra.
La razón de celebrar el Huehueteotl en Azcapotzalco.
Si bien como dijimos la representación del fuego es una identidad antigua para Azcapotzalco y que los tenochcas la tomaron como herencia en sus fiestas anuales, por otro lado tiene actualmente un significado de “unión” y “progreso” ante la incesable crisis material como espiritual. Culturalmente su simbolismo debe ser motor para la adquisición del conocimiento y la creatividad de la comunidad azcapotzalca. Independientemente del aspecto “político”, el símbolo del Huehueteotl debe representar por su antigüedad y su identidad el impulsor de la “transformación” o “renovación” nacional.
En esta convicción no se puede pasar desapercibido esta oportunidad que bien tendrá como consecuencia un valor de rescate y trascendencia, pero que la ignorancia y el prejuicio de un pequeño circulo –sea intelectual o de tradición- solo lo ha llevado a lado de la superstición, fanatismo y en consecuencia de escepticismo…
A nivel nacional el estudio de las antiguas culturas es muy temprana (técnicamente cien años), sin contar que México se ha esforzado de estar a la vanguardia con los países desarrollados, ello supone un profundo descuido de la cultura nacional, lo que en consecuencia resulta un distanciamiento lejano en la generación de la conciencia. Siendo Azcapotzalco un pueblo que respeta y valora la cultura prehispánica, bien resultaría una buena oportunidad para fomentar e impulsar el interés por la identidad.
En este sentido Azcapotzalco sería el verdadero “corazón de Anahuac” y para justificarlo se requiere de trabajo en el rescate de sus orígenes…
CALMECAC ANAHUAC-TEPANECA
(10 de Abril del 2010)